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En la página de inicio del blog verás más de una referencia, cuyo propósito no es otro que servir de "Introducción", o de necesaria advertencia, o como declaración de intenciones.

«¿Por qué "El Pepe Grillo"?»


Nada me gustaría más que los españoles, mostrásemos poseer conocimiento y comprensión de algo que no fuera el sí mismo, pero esto no sucede así. Somos, en mayoría, lerdos inconscientes políticos, sociales, de la cultura..., de la humanidad.


La gente muy de izquierda ―porque la de izquierda desapareció en el caos de los noventa― apela a la conciencia que fuere, como si la poseyese, para denigrar al supuesto inconsciente que no comparta sus ideas sobre esto y aquello. En nuestro circo político es donde con mayor claridad apreciamos ese fariseísmo, reciente por descarado y déspota, que capacita para llevar ante la Justicia a la propia madre si se equivoca ideológicamente. ¡Dejémoslo!, por ahora. 

 

                 

  

Con más o menos acierto, todos sabemos qué simboliza Pepe Grillo. Resultaría inútil llegar a una conclusión aceptable acerca de su significado, ya que se trata de un concepto casi metafísico. Dando por válido que representa algo así como nuestra conciencia, continúo. 



En el ámbito organizacional y del trabajo un Pepe Grillo equivaldría a un vulgar chivato. Y esto no porque sea verdad tal sinonimia, sino porque las modernas teorías (años 70 y 80) sobre el comportamiento en las organizaciones no se han tenido en cuenta en España. Seguimos creyendo que si un empleado muestra interés por la empresa en que trabaja, entonces y sin lugar a dudas es un tipo peligroso. ¿Y en el mundo del Teatro?

 

                 





El señor Ignacio Armada (SGAE) definió a Buero Vallejo como «el Pepito Grillo del teatro de la posguerra», por ser «un autor de conciencia». Así es. Buero, como todos los grandes dramaturgos, mostraba, y muestra, al público, y al lector, lo que somos, lo que no quisimos ser, pero fuimos y, ¡cómo no!, lo que nos gustaría llegar a ser, pero dudamos de poder serlo.  ¿Por qué no decirlo?: para mí el teatro no es más que nuestra vida íntima, y qué más propio que la conciencia.  
 
Mi intención, sin embargo, es hablar de un «colectivo» cuya labor se registra en el vértice de la pirámide teatral. Dicha tarea se resume en una frase terrible: transformar la conciencia social. ¡Ya sé que no es nada nuevo! Sin embargo, cuando esa pretendida mutación se basa en una ideología destructiva, aniquiladora y criminal, entonces deberían surgir las voces y los gestos inconformistas. Muy al contrario, lo que ha sucedido es una asimilación/adaptación a la barbarie político-espectacular; y como consecuencia, autores y productores optan por acogerse a la autocensura. La única justificación para este hecho radica en que es necesario comer todos los días.


                 

 

 Por último, deseo integrar aquí un breve texto (transcripción literal extraída de una entrevista emitida en el programa A fondo por TVE, en 1976. Adjunto video del momento.)

                                                                     

«Porque yo entiendo que los tremendos problemas que la sociedad humana se ha planteado en esta época son ya de tal magnitud que a mi juicio, no podrán resolverse de verdad, es decir, planetariamente, si no es por medio de algo que sea más o menos una federación socialista. Quiero un socialismo con mucha justicia y mucha libertad»

¿Qué opinaría Don Antonio Buero Vallejo de la actual situación político-social española?


                 


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